1. Escritura japonesa y pronunciación del japonés
Comenzaremos estableciendo que hay tres tipos de escritura en el japonés: los silabarios Hiragana y Katakana, y los Kanji. Los tres son utilizados, aunque con diferentes propósitos y frecuencias.
El silabario Hiragana es el básico, y el primero en ser enseñado. Está compuesto por 46 caracteres principales, que se dividen en 40 sílabas, cinco vocales y una consonante. Se emplea para la escritura japonesa en general. El Katakana, por su parte, está compuesto por la misma cantidad de caracteres, y es equivalente al Hiragana, pero su uso se restringe a casos particulares: para escribir nombres o palabras de origen extranjero (principalmente del inglés), para escribir onomatopeyas, o para resaltar palabras (algo similar a las comillas o a la cursiva en nuestro idioma). Si bien, en una primera instancia, puede llamarnos la atención que los japoneses tengan dos métodos de escritura distintos, esto no difiere demasiado del castellano, que cuenta con un alfabeto en minúscula y otro en mayúscula.
Con respecto a los Kanji, como mencionamos anteriormente, cada uno de ellos tiene un significado particular, y diferentes lecturas, pero siempre pueden descomprimirse; es por eso que muchos textos (como los periódicos o los manga, ‘comics’ japoneses) incluyen la equivalencia en Hiragana de sus Kanji arriba de los mismos, para facilitar y agilizar su lectura.
Además de los silabarios y de los Kanji, los japoneses también usan la escritura occidental (denominada Rōmaji), aunque su uso está limitado a señales o letreros. Aunque nos dedicaremos a profundizar la escritura del japonés, sí es importante que establezcamos bien la pronunciación de cada uno de los caracteres de los dos silabarios, y que hagamos hincapié en las diferencias con nuestra fonética.
La siguiente tabla recopila los 46 caracteres básicos del japonés, con sus dos escrituras, tanto en Hiragana como en Katakana:
Debido a las similitudes con nuestra fonética, la mayoría de las sílabas se pronuncian exactamente como se leen, con algunas excepciones:
- La h suena como j latina, es decir ja, ji, ju…
- La f es más suave que la nuestra, expulsando muy poco aire por la boca.
- La y se pronuncia de una manera suave, similar a la ll en lluvia o llanura.
- La r suena en su versión suave, ere, muy similar a la l (que no existe en el japonés). Nunca se pronuncia fuerte, como en torre.
Adicionalmente, existe un acento diacrítico llamado nigori, que permite modificar ligeramente la pronunciación de las sílabas, ya sea mediante el dakuten (dos trazos diagonales cortos en la parte superior derecha del carácter) para la G, Z, D y B, o a través del handakuten (un pequeño círculo) para la P.
- Las sílabas gi y ge suenan como gui y gue en castellano.
- La z suena como el zumbido de una mosca, o como en la palabra zero en inglés.
- La j se pronuncia de manera similar a la y en castellano, pero apretando más los dientes, como en la palabra job en inglés.
Finalmente, cuando una consonante se une con ya, yu o yo, se pueden formar diptongos:
Una última aclaración refiere a las vocales largas: en ellas, la duración del sonido se prolonga un poco más. En Hiragana y Katakana se representa colocando una ‘c’ invertida (tsu) luego del carácter, en el primer caso, o con una raya horizontal, en el segundo. Como nosotros nos concentraremos solamente en la fonética, las vocales largas serán marcadas con una pequeña rayita por encima de la vocal, como en el caso de la palabra Rōmaji (que, justamente, refiere al sistema de escritura que utilizaremos en este curso).
Con estos primeros fundamentos, podemos tener una idea general de cómo es la pronunciación en japonés. Tras esta breve aproximación, es hora de empezar a ahondar en su gramática.